(Artículo de Pau Monserrat)
De las 3 religiones del libro, la Cristiana, la Judía y la Islámica, sólo los judíos no tenían restricciones para comerciar con el dinero. Las tres consideran que un libro expone la revelación divina. La Biblia Cristiana, la Biblia Judía y el Corán son estos textos sagrados en que se sienta la base de sus creencias.De las diferencias que hay entre ellas, vamos a centrarnos en la figura del dinero en sus escritos, diferencia que propiciará que muchos judíos se hayan dedicado al comercio y hayan contribuido de forma capital a la creación del sistema financiero mundial.
El judaísmo es la religión más antigua de las del libro y una de las más antiguas vivas del mundo, con más de 3.000 años. Su libro sagrado, la Biblia, se denomiana Tanak, por dividirse en tres partes: Torá, Nebim y Ketubim.Una curiosidad digna de mencionar es que el judaísmo no solo es un criterio religioso, sino también étnico: uno puede ser judío por profesar la religión o por el hecho de tener madre judía. Por tanto, se puede ser ateo y judío a la vez.De España fueron expulsados sin posibilidad de retorno por los Reyes Católicos en 1492. Se les dio 4 meses para liquidar sus propiedades y sacar su riqueza en forma de letras de cambio (emitidas en su mayoría por banqueros italianos), ya que se prohibía sacar oro, plata, monedas, armas y caballos. Una de las explicaciones de esta expulsión está en la acumulación de riqueza de este pueblo y en el ejercicio del negocio del préstamo. Entre el poco tiempo para vender y los intereses por las letras, es fácil ver que los judíos perdieron gran parte de su riqueza.¿Por qué los prestamistas eran judíos?Hay un fundamento religioso y cultural en las razones de que los judíos se dedicasen al comercio y al negocio de los prestamistas; según la Torá no es deseable para un creyente ser asalariado: “mejor es hacer el shabat un día laborable que depender de los otros“.Además la mayoría de oficios les estaban vetados. Si a eso le sumamos que mientras a los griegos, romanos, cristianos y musulmanes no se les permitía prestar con intereses, la Torá si lo permitía a los judíos (nunca entre judíos, curioso). El libro sagrado judío considera que la riqueza es en gran medida deseable para servir mejor a Dios. Y mientras es afortunado quien tiene dinero, la pobreza es percibida como un mal que se atribuye a alguna trasgresión de la ley, a diferencia de, por ejemplo, los cristianos (y concretamente los católicos), que ven un pecado en la avaricia.A diferencia del cristianismo, que considera la riqueza banal cuando no pasa por la Iglesia, para el judaísmo ‘lo deseable es ser rico, pues es un medio que mejora la capacidad de servir a Dios. Si bien hay que entender que el dinero no es visto como un fin en si mismo, sino como un medio para generar riqueza.Mención a parte se hace del pago del salario, considerando pecado pagar con retraso: “El mismo día entregarás su salario, antes que se ponga el sol, porque es pobre y espera su salario con ansiedad“.El Talmud, compendio oral de sabiduría religiosa, considera que no hay salario justo sin precio justo. Es decir, protege más al consumidor que al trabajador, en la medida que su salario depende del precio de lo que produce y no al revés.No sólo ha dado grandes banqueros el pueblo judío; en el campo del pensamiento económica también han tenido una gran influencia, siendo casi del 40% los premios nobel de economía de esta procedencia, entre los que podemos citar a Milton Friedman, Paul Samuelson, Franco Modigliani, Robert Solow, Harry Markowitz o a Joseph Stiglitz, entre otros. Un pueblo y una religión interesantes que vale la pena conocer a cualquiera que tenga verdadero interés en entender la historia económica y los fundamentos del sistema financiero actual.